La explosión tecnológica que se vive a nivel global trae aparejada muchas ventajas por un lado, y amenazas por el otro. El crecimiento de las redes y la información obliga a contemplar determinados parámetros para el cuidado no solo de las empresas, sino también, de los usuarios que confían en ellas.
Uno de los desafíos más importantes de la era digital es la ciberseguridad, y si de voces autorizadas se trata, nada mejor que acudir a Liliana Mira, Ingeniera en Sistemas y que durante largos años ha trabajado en múltiples empresas en el área de desarrollo de softwares y en todo lo vinculado a reglamentaciones.
“La ciberseguridad es una de las disciplinas que están dentro de las tecnologías de la información y la comunicación, lo que denominamos como TICS, que básicamente consiste en analizar los riesgos asociados a un ecosistema digital y gestionar los procedimientos que permitan implementar medidas o herramientas que te ayuden a protegerte”, analizó Mira.
Puesto en un ejemplo, se puede pensar en la construcción de una casa a cargo de un arquitecto, y en un momento, pensar en la colocación de una alarma o cámara que actúen como elementos de autoprotección. En términos informáticos, esto se denomina ciberseguridad.
Sin embargo, en tiempos de tanto desarrollo tecnológico, es imposible no preguntarse sobre las herramientas “reales” que las empresas tienen para proteger no solo su base de datos, sino la de sus clientes. En esa línea, quien también se desempeña como docente universitaria, realizó un análisis concreto.
“El presupuesto destinado a la seguridad se está tomando más en cuenta recién ahora. Hoy en el mercado podemos encontrar empresas que se dedican a hacer tests de penetración para chequear la salubridad de la red, se utilizan configuraciones para protegerse ante ciertos eventos amenazantes como puede ser descargar un mail con un virus, por citar un caso sencillo”.
“Por lo tanto, hay un mercado de herramientas amplio pero con un costo realmente alto, y las empresas buscan acceder a aquellas que sean indispensables para cubrirse ante potenciales amenazas; es una disyuntiva a la que se enfrentan hoy, que las lleva a repreguntarse ‘¿invierto un dinero bastante alto ante una posible amenaza, o lo dedico a otra área de producción’?; ese es el dilema actual.”
En ese marco, hay un aspecto que resulta imposible obviar. En muchas ocasiones, se producen hackeos, pero las propias empresas no se enteran de ello. “Ahora bien, cuando se enteran es porque su impacto ha sido alto. La dificultad a la hora de conocer si el daño es mayor que la inversión preventiva radica en que el hackeo se puede producir en todo momento sin que nadie se dé cuenta”, señaló Mira.
Ante ello, la experta que también se recibió de psicóloga, se refirió a la importancia para las empresas de “cuantificar el valor de las bases de datos de sus clientes, algo que no todas hacen”, el costo de indisponibilidad de un portal o home banking y también el costo de los expertos a pagar para corregir el incidente.
“Lo que efectivamente ocurre es que las empresas saben que son vulnerables a posibles ataques, y el debate pasa a ser dónde invierto el dinero de prevención. Si tengo un edificio de 20 pisos protegerlo todo es dificultoso, pero quizás soy consciente de que me conviene garantizar una mayor seguridad en los primeros cinco pisos y la puerta de entrada principal. Se trata de pensar en qué lugar pongo la fortaleza”, detalló Liliana.
El futuro de la seguridad cibernética es un enigma. ¿Crecerán los riesgos? ¿Ganará peso la tranquilidad? Para la Ingeniera, nos encontramos “en un gran período bisagra de transición”. Tras realzar que la tecnología “nos hace la vida más fácil”, ponderó la necesidad de “saber utilizarla a favor y que esté al servicio de una mejor calidad de vida”.
Por ese motivo, aseguró: “Hay que concientizar la ciberseguridad, adquirir buenas prácticas y fortalecer conceptos. Cuanto mejor estemos preparados y sepamos los riesgos que hay a nuestro alrededor, mejor respuesta se podrá ofrecer”.

Psico ciberseguridad
¿Cómo pensamos? ¿Por qué somos tan vulnerables? Estos interrogantes llevaron a Mira, tras años de investigación, a acuñar el concepto de psico ciberseguridad, y que parte del análisis vinculado a la vulnerabilidad del ciudadano “común” que en muchas ocasiones es estafado cuando realiza compras virtuales.
El Factor emocional
“Hay un gran factor a tener en cuenta en los humanos que es el emocional. Las personas abordan las cosas de manera distinta, reaccionan de forma diferente, por lo que yo propongo es hacer un análisis de psico ciberseguridad que implica ver cómo está tu costado de seguridad a nivel tecnológico, y ver por el otro qué tan vulnerable-o fuerte-está tu conformación desde el punto de vista humano”.
En ese marco, llamó a que las empresas comiencen a pensar mejor la forma de captar la atención de sus clientes a la hora de impulsar campañas publicitarias o de alerta. “El mismo aviso no es igual de efectivo para 5.000 potenciales consumidores. Se debe analizar si una forma de comunicación determinada es la que el otro está preparado cognitivamente para recibir. Cada uno tiene emociones diferentes, y para entender cómo opera un usuario, se necesita comprender mejor cómo actúan esas emociones”.
A raíz de ello, ponderó la necesidad de “reforzar el eslabón más débil que es el humano”, y para que eso suceda, “se debe conocerlo, y no solo invertir únicamente en fortalecimiento de hardware y software, ya que con eso no alcanza para pensar en una mayor seguridad cibernética”, concluyó.